El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa,
con el recuerdo de las Palmas y de la pasión. Ese día se celebra la
entrada solemne de Jesús en Jerusalén. Fueron días de recogimiento al evocar un año más la Pasión y Muerte de Jesús en la Cruz, de su entrega y amor por nosotros, que sufrió para lavar nuestros pecados y aún así no somos capaces de seguir su ejemplo, a lo cual aspiramos siempre.
JESÚS HA RESUCITADO!
Alegraos Hermanos que Cristo ha resucitado en nuestros corazones.
Mantengamos viva su Luz Eterna.
Durante
la celebración de la Vigilia Pascual encontramos dos grandes signos; la
luz y el agua. El Cirio Pascual representa la luz de Cristo, cuya llama
es a la vez la luz y el calor, verdad y amor. Con el cirio pascual
aprendemos que en la vida cristiana la verdad, el amor y la Cruz son
inseparables.
El agua nos recuerda el bautismo, en el que fuimos lavados para renacer a la vida nueva.
¡FELIZ DOMINGO DE RESURRECCIÓN!
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