OCTUBRE, MES DEL SEÑOR DE LOS
MILAGROS
Como cada mes de Octubre; el Señor de
los Milagros vuelve a recorrer las calles; ya no sólo por las de la
capital de Perú; Lima, sino por todos los barrios, distritos y
departamentos del Perú, además de otras ciudades en varios países;
lugares a los que la vida ha enviado a los peruanos llevando consigo
su fe y devoción al Cristo de Pachacamilla.
Su historia es sencilla, pero a la vez
compleja e inexplicable; como un milagro.
En el siglo XVII, un angoleño que por
nombre se cree que se llamaba Pedro Dalcón o simplemente Benito;
pintó la Imagen al temple en una tosca pared del galpón donde
vivían. Se dice que la pintura no tiene valor artístico, más,
aquel angoleño sin noción alguna de arte y pintura, plasmó la
Imagen del Cristo Crucificado por bendición y guía divina, siendo
hoy, Patrimonio Cultural Inmaterial del Perú, Patrimonio Cultural de
la Nación, y Patrón de los peruanos residentes en el extranjero.
En 1655, Lima y Callao sufre un fuerte
y estremecedor terremoto, derrumbando mansiones, templos y viviendas,
con el trágico saldo de miles de víctimas. En el Barrio de
Pachacamilla, toda pared cayó, menos la que pintó el angoleño. Ahí
empezó el culto al Cristo Moreno, que las autoridades de aquel
entonces quisieron borrar la Imagen sin conseguirlo, convirtiendo
éste acto en un milagro.
En 1670; don Antonio de León, ilustre
vecino de la Parroquia de San Sebastían, padecía de fuertes dolores
de cabeza ocasionados por un cáncer en el cerebro. Una de sus
esclavas le contó de los milagros del Cristo Moreno, acudió a rezar
y sus dolores desaparecieron. Los médicos y curanderos no le daban
solución. Agradecido éste vecino, proclamó tal bendición.
El 20 de Octubre de 1687, sobre las
04:45 de la madrugada, un violento terremoto arrasó la ciudad de
Lima y el puerto del Callao. Hubo una réplica sobre las 06:30.
Casas, mansiones y galpones se derrumbaron, quedando tan solo la
pared intacta del Cristo Crucificado. La devoción fue creciendo aún
más y don Sebastián de Antuñano ordenó la confección de una
copia al óleo de la Imagen para que salga en Procesión por las
calles de Lima, quedando para la historia como el Primer Mayordomo de
la Hermandad del Señor de los Milagros y quien da inicio a éstas
Procesiones multitudinarias.
La Imagen original se encuentra ubicada
en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas en Lima – Perú,
en lo que fuera aquel galpón que cobijaba a los angoleños, hoy
resplandece y bendice a todo visitante durante todo el año.
La Procesión del Señor de los
Milagros, es considerada como la manifestación religiosa, católica
y periódica más numerosa del mundo. No sólo los peruanos le tienen
ferviente devoción, también hermanos de otras nacionalidades a
quienes los peruanos hemos contagiado ese sentimiento de amor al
Señor de los Milagros, advocación del Cristo Crucificado.
Cabe destacar que los protagonistas
iniciales de ésta devoción al Cristo de Pachacamilla, son
personajes extranjeros, que amaban al Perú y mucho más, al Cristo
Moreno. Ellos fueron; Pedro Dalcón o Benito; Angoleño que pintó la
imagen, Sebastián de Antuñano; español que dio inicio a la Primera
Procesión y Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo; religiosa
ecuatoriana, que fundó el beaterio de las Nazarenas y en
agradecimiento a su labor; Nuestra Señora de la Nube, advocación
ecuatoriana, queda plasmada en el reverso de la imagen del Señor de
los Milagros desde el 20 de octubre de 1747.