Hermanos, como Hermandad del Señor de los Milagros, sigamos orando y rezando en este Tiempo de Cuaresma.
El
mundo está atravesando una gran crisis sanitaria que nos tiene
confinados. Desde nuestras casas, unámonos en oración por todos los
fallecidos, los infectados, por la angustia de sus familias. Por todos
los sanitarios que están luchando día a día para curar a los enfermos.
Por los trabajadores que continúan con sus labores para garantizar a la
sociedad que no nos falte lo necesario.
Recemos
con ferviente devoción por los científicos é investigadores para que
pronto encuentren los medicamentos necesarios que acaben con el
COVID-19.
Por los gobernantes y entidades,
empresarios y logística, para que pronto, los hospitales tengan los test
y material sanitario de protección tan necesario en estos días para
evitar más contagios.
Roguemos por nuestras familias, amigos y Hermanos, que los proteja con su Santo Manto.
Misterios de Gloriosos: (miércoles y domingos)
1º La triunfante Resurrección de Jesús.
"¿Porqué buscáis entre los muertos al que está vivo? No esta aquí: ha resucitado"
Jesús
se apareció muy en particular a los pecadores arrepentidos como Pedro,
Tomás y la Magdalena. Se ve en esto su bondad y misericordia.
Viviré cristianamente para poder resucitar gloriosamente, recordando que una vida cristiana culmina en una muerte cristiana.
PADRE NUESTRO...
AVE MARÍA....
GLORIA...
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
2º La admirable Ascensión de Jesús al cielo.
"Mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo" (Lc 24, 51)
Nuestra
verdadera patria no está en la tierra, sino en el cielo, donde no
existen ni el dolor, ni la tristeza, ni la enfermedad, ni la muerte. Ahí
veremos a Dios, gozaremos de su presencia y estaremos eternamente con
El.
Pensando que estamos
en este mundo, esperando ir a la patria verdadera, procuraré utilizar
los dones terrenales en tal forma que me ayuden a ganar el cielo.
PADRE NUESTRO...
AVE MARÍA....
GLORIA...
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros
enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
3º La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles.
"Se
les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se
posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu
Santo"
Los Apóstoles
cambiaron: de tímidos se convirtieron en valerosos, de ignorantes en
sabios; de tibios en la fe en fervorosos. Pedro predicó su primer sermón
convirtiendo a tres mil personas.
No
me bastará ser católico; daré testimonio de que he recibido al Espíritu
Santo en el Bautismo y lo he aceptado en plenitud en la Confirmación,
practicando mi fe.
PADRE NUESTRO...
AVE MARÍA....
GLORIA...
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros
enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
4º La Asunción de María al cielo en cuerpo y alma.
"¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"
¿Nos preparamos nosotros con una vida santa para tener una muerte santa?
Pediré siempre a la Virgen Santísima en el Rosario, que sea mi abogada ante Dios en la hora de mi muerte.
PADRE NUESTRO...
AVE MARÍA....
GLORIA...
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros
enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
5º La Coronación de María Santísima como Reina y Señora del universo.
"Una
gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol con la luna
bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza"
Jesús
antes de morir, nos dio a María como nuestra Madre, es nuestra abogada y
medianera. Es el refugio de los pecadores. Pongamos en ella nuestra
confianza, acudamos a ella en nuestras penas y sufrimientos.
PADRE NUESTRO...
AVE MARÍA....
GLORIA...
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros
enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Oración tras el rosario:
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurrección,
nos otorgó los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santísima Virgen María,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Letanias de la Virgen:
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Virgen de los Desamparados,
Virgen de la Nube,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Salve a la Virgen
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A
ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh
clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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